jueves, 11 de agosto de 2011

La golondrina y su expoliado nido.

No pensaba poner nada de ello, ya que aunque siempre visto no por ello deja de causar admiración.
Podía haber sido en el nº 3 de cualquier pueblo serrano.
También podía haber sido una historia con un final feliz.

Lo venía observando desde días atrás, a lo igual que mucha más gente. La golondrina no solo tenía el nido en la calle más transitada del pueblo, sino que además estaba a la altura de los ojos de los transeúntes.



Pocas aves como la golondrina son veneradas desde un punto de vista espiritual. Está presente en las religiones donde existe dicha ave y respetada como ninguna especie.



También en la literatura es protagonista, estando presente en multitud de cuentos y poesías. Los mexicanos la veneran en su folclore popular y la canción "La golondrina" es un buen ejemplo.



Tengo un amigo muy aficionado a los tatuajes, se hizo un Pegaso en el omóplato que actualmente parece un percherón, que en una ocasión hablando de los símbolos de los tatuajes me decía que la golondrina era sinónimo de libertad y viajera de los grandes espacios abiertos.



Desde luego toda una alegría que aniden cerca de casa, y si es en la propia mejor.



En este blog decía que incluso los chavales más trastos con un tiragomas respetaban esta ave. Se decía, cuando menos en mi tierra, que eran las aves que quitaron a Jesucristo las espinas de la corona.



Como decía el nido y su cría (seis) eran vistas por todos los paseantes, entre dos y tres minutos era la tardanza de la ceba de los pollos.



Estas fotos fueron sacadas el domingo 7 de agosto. Toda una fiesta de la naturaleza.



Pero el martes empezaron las fiestas patronales de la localidad y con ella en la primera noche de fiestas, en la que ahí gente que todo esto no le gusta.



Y así a las 21 h pude ver como las golondrinas seguian imparables dando de comer a los pollos.



Hoy a las 8 de la mañana, voy a tomar un café y paso por delante del nido. Como es de esperar le miro y veo a la golondrina a un palmo de él gimoteando (digo bien) quia-quia-quia...
Miro al nido y no ahí nadie. Por la noche algún (el calificativo que lo ponga el lector) se ha acercado al nido, facilísimo de acceder, y ha matado a las crías. Cuatro estaban en una papelera cercana y otras dos en el nido.



Deseo que si ponen una tercera puesta les vaya bonito.

Esto me trae a mente la lección que el pensador y filósofo Krishnamurti narraba en su obra "La llama de la atención", aún dando por válido que las golondrinas no tienen un canto bonito.

"Un maestro espiritual tenía varios discípulos y, todas las mañanas, les hablaba de la naturaleza, de la bondad, de la belleza y del amor. Una mañana, cuando estaba a punto de empezar a hablar, un pájaro se posó en el alféizar de la ventana y se puso a cantar. El pájaro cantó un instante y luego se fue volando. El maestro se levantó y dijo:
- La charla de esta mañana ha terminado."

Buena charla nos daban las golondrinas estos días a todos los que quisiesen mirar.



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