miércoles, 1 de mayo de 2013

Bosques y árboles: Libertad y Justicia. Breve antología poética. Parte II

Pongo esta segunda parte de la "antología poética de los árboles y bosques" con un denominador común: son versos que hablan del sentimiento universal de la Libertad y la Justicia.
Puede que estos  versos quizás nunca debieron de haber sido escritos si la Justicia y la Libertad hubiesen estado presente en todo lugar y época. Como ello no ha sido nunca así, han valido y sirven como un poderoso instrumento para conseguirlo.

Sus autores, la mayoría de los que pongo aquí, han sido perseguidos, exiliados, encarcelados y algunos asesinados. Su obra nos queda.

Dos consideraciones: las fotografías, como decía en la primera parte, son mías y su único fin es el medio de pasar de una poesía a otra y los enlaces de los autores (clicando en ellos) nos llevan a su biografía en Wikipedia.

Comienzo con esta poesía de José Martí. Toda una declaración de intenciones en la que no caben ni venganzas ni rencores en la búsqueda de la Libertad y la Justicia.

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Rosa blanca de Siria (Hibiscus syriacus). Sus flores tienen una vida muy corta, generalmente inferior a un día. 


                                                               Cultivo una rosa blanca
en junio como en enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo la rosa blanca.

José Martí
La Habana 1853-Dos Ríos 1895.


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Campo de olivos en Segura de La Sierra, Jaén.


"ACEITUNEROS"

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma.¿quién,
quién levantó los olivos?

No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.

Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.

Levántate,olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
amantó los olivos?

Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.

No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.

Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sol el otro comía.

¡ Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma:¿de quién,
de quién son estos olivos?

Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.

Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.



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Alameda-sauceda en el río Ebro.

ÁLAMOS

Álamos negros
junto al arroyo fresco.

Álamos blancos
junto al arroyo claro.

Álamos blancos
y negros,
cogidos del brazo,
van cantando
al son de la brisa,
por el arroyo abajo.


José María Hinojosa
Málaga 1904-1936


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Cortaron tres árboles.
A Ernesto Halffter


Cortaron tres árboles
Eran tres.
(Vino el día con sus hachas.)
Eran dos.
(Alas rastreras de plata.)
Era uno.
Era ninguno.
(Se quedó desnuda el agua.)

Granada 1898-1936


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Imagen del Bosque de Pardomino, León.


“Los árboles son santuarios. Quien sabe hablar con ellos, quien sabe escucharles, aprende la verdad. No predican doctrinas y recetas, predican, indiferentes al detalle, la ley primitiva de la vida.
Un árbol dice: en mí se oculta un núcleo, una chispa, un pensamiento, soy vida de la vida eterna. Es única la tentativa y la creación que ha osado en mí la Madre eterna, única es mi forma y únicas las vetas de mi piel, único el juego más insignificante de las hojas de mi copa y la más pequeña cicatriz de mi corteza. Mi misión es dar forma y presentar lo eterno en mis marcas singulares.
Un árbol dice: mi fuerza es la confianza. No sé nada de mis padres, no sé nada de los miles de retoños que todos los años provienen de mí. Vivo, hasta el fin, el secreto de mi semilla, no tengo otra preocupación. Confío en que Dios está en mí. Confío en que mi tarea es sagrada. Y vivo en esa confianza.
Cuando estamos tristes y apenas podemos soportar la vida, un árbol puede hablarnos así: ¡Estate quieto! ¡Estate quieto! ¡Contémplame! La vida no es fácil, la vida no es difícil. Estos son pensamientos infantiles. Deja que Dios hable dentro de ti y enseguida enmudecerán. Estás triste porque tu camino te aparta de la madre y de la patria. Pero cada paso y casa día te acerca más a la madre. La patria no está aquí ni allí. La patria está en tu interior, o en ninguna parte.
Esto susurra el árbol al atardecer, cuando tenemos miedo de nuestros propios pensamientos infantiles. Los árboles tienen pensamientos dilatados, prolijos y serenos, así como una vida más larga que la nuestra. Son más sabios que nosotros, mientras no les escuchamos. Pero cuando aprendemos a escuchar a los árboles, la brevedad, rapidez y apresuramiento infantil de nuestros pensamientos adquieren una alegría sin precedentes. Quien ha aprendido a escuchar a los árboles, ya no desea ser un árbol. No desea ser más que lo que es. Esto es la patria. Esto es la felicidad”.

Herman Hesse. Alemania 1877-Suiza 1962.
El enlace es a la página inglesa, mucho más completa que la del castellano.



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Acebuche "El Abuelo" en la localidad del Rocio, Almonte (Huelva). Parque Nacional de Doñana.


"Después de todo, si tú fuiste cortado de un olivo silvestre, al que por naturaleza pertenecías, y contra tu condición natural fuiste injertado en un olivo cultivado, ¡con cuánta mayor facilidad las ramas naturales de ese olivo serán injertadas de nuevo en él!"

Romanos 11,24


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Pino de Wollemi. Está considerado su descubrimiento en botánica como uno de los mayores del S XX.
El 10 de septiembre de 1994 un guarda forestal descubrió, para la ciencia, esta especie en el Parque Nacional de Wollemi, Australia.
Cual sería su sorpresa que de las muestras que tomo en ese bosquete, ya que no conocía la especie, solo quedaba constancia en registros fosilizados del periodo Jurásico.
Pertenece a la familia de las araucariáceas  y su nombre científico es Wollemia nobilis W.G. Jones (en honor a su descubridor David Noble).
Es de entender que el lugar permanezca en secreto, ya que los dos bosquetes que los forman distantes uno del otro a 1,5 km solo hay 43 ejemplares adultos. 
Este ejemplar fotografiado en el Jardín Botánico de La Rioja, tiene a gala el no estar protegido por ninguna verja, como ocurre en algunos otros Jardines. Actualmente se está comercializando como planta ornamental.
¿Llegaremos a ver su corteza con forma de "chocolate burbujeante"? 



UN PINO

En el Norte salvaje, en la cumbre desnuda,
hay un pino que se levanta en la soledad.
Meciéndose duerme y la nieve lo cubre
como un manto sacerdotal.

Con frecuencia sueña que en lejano oasis,
en aquella tierra donde nace el sol,
crece, sola y triste, una palmera hermosa
sobre la roca ardida por el calor.

Rusia 1814-1841


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Cedro del Líbano (Cedrus libani) en el Jardín Botánico de Barakaldo.


El justo florecerá como la palmera; crecerá como cedro en el Líbano.

Salmos 92:12



Viejo castaño junto a una plantación de pino de Monterey. Burgos, Sierra Magdalena.


De Árbol a Árbol

Los árboles
¿serán acaso solidarios?
¿digamos el castaño de los campos elíseos
con el quebrancho de entre ríos
o los olivos de jaén
con los sauces de tacuarembó?

¿le avisará la encina de westfalia
al flaco alerce de tirol
que administre mejor su trementina?

y el caucho de pará
o el baobab en las márgenes del cuanza
¿provocarán al fin la verde angustia
de aquel ciprés de la mission dolores
que cabeceaba en frisco
california?

¿se sentirá el ombú en su pampa de rocío
casi un hermano de la ceiba antillana?

los de este parque o aquella floresta
¿se dirán de copa a copa que el muérdago
otrora tan sagrado entre los galos
ahora es apenas un parásito
con chupadores corticales?

¿sabrán los cedros del líbano
y los caobos de corinto
que sus voraces enemigos
no son la palma de camagüey
ni el eucalipto de tasmania
sino el hacha tenaz del leñador
la sierra de las grandes madereras
el rayo como látigo en la noche?

Uruguay 1920-2009


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Cormoranes en las ramas de un álamo negro.


Decidme cómo es un árbol.
Decidme el canto del río
cuando se cubre de pájaros.

Habladme del mar, habladme
del olor ancho del campo,
de las estrellas, del aire.

Recitadme un horizonte
sin cerradura y sin llave,
como la choza de un pobre.
Decidme cómo es el beso
de una mujer. Dadme el nombre
del amor, no lo recuerdo.

¿Aún las noches se perfuman
de enamorados con tiemblos
de pasión, bajo la luna?
¿O sólo queda esta fosa,
la luz de una cerradura
y la canción de mis losas?

Veintidós años... Ya olvido
la dimensión de las cosas,
su color, su aroma... Escribo
a tientas: “el mar”, “el campo”...
Digo “bosque” y he perdido
la geometría del árbol.

Hablo, por hablar, de asuntos
que los años me borraron
(no puedo seguir, escucho
los pasos del funcionario)


Marcos Ana.
España 1920


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Cardos borriqueros (Cardus nutans) en la Sierra de La Demanda.

En cierta ocasión hubo que escoger rey entre los árboles.
El olivo no quiso abandonar el cuidado de su aceite, ni la higuera el de sus higos, ni la viña el de su vino, ni los otros árboles el de sus respectivos frutos;
el cardo, que no servía para nada, se convirtió en rey, porque tenía espinas y podía hacer daño.

Voltaire



Plantando un árbol.


Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú.
Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú.
Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú.
Sé tu el que aparta la piedra del camino.

Chile 1889-1957.



Roble (Quercus robus).

Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol caudal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho; dan espuma mis venas
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.

Miguel Hernandez.


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Malva. Sus frutos se suelen comer.

Cuentan de un sabio que un día
tan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas hierbas que cogía.
¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y triste que yo?;
y cuando el rostro volvió
halló la respuesta, viendo
que otro sabio iba cogiendo
las hierbas que él arrojó.

Quejoso de mi fortuna
yo en este mundo vivía,
y cuando entre mí decía:
¿habrá otra persona alguna
de suerte más importuna?
Piadoso me has respondido.
Pues, volviendo a mi sentido,
hallo que las penas mías,
para hacerlas tú alegrías,
las hubieras recogido.

Pedro Calderón de la Barca. (Fragmento de La vida es sueño).
Madrid 1600-1681


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Desde la ventana del Santuario de Montesclaros, mirando al monte Hijedo donde se encuentra su conocido bosque de roble albar.

No basta abrir la ventana
para ver los campos y el río.
No es suficiente no ser ciego
para ver los árboles y las flores.
También es necesario no tener ninguna filosofía.
Con filosofía no hay árboles: sólo hay ideas.
Hay sólo cada uno de nosotros, como un sótano.
Hay sólo una ventana cerrada, y todo el mundo afuera;
y un sueño de lo que se podría ver si la ventana se abriese,
que nunca es lo que se ve cuando se abre la ventana.

Lisboa 1888-1935


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Roble de La Solana

Vivir como un árbol, solo y libre;
Y vivir en fraternidad como en un bosque;
Ésta es nuestra añoranza...


Nazim Hikmet
Salónica 1911-Moscú 1963

5 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho. Sobre todo porque es una buena representación de las diferentes maneras de anhelar Libertad. No sólamente la de aquel que esté encarcelado o torturado. La mayoría de nosotros, por suerte, no nos hemos visto en ellas. Pero también se puede anhelar libertad desde nuestras pequeñas "cárceles" cotidianas, como el modo de vida al que nos vemos abocados o la propensión que tenemos de verlo todo desde un único y parcial punto de vista, todo ello en el día a día, casi sin darnos cuenta. Además todo ello aderezado con esas estupendas fotografías. Felicidades por la composición. No es presionar, pero que la parte II no sea la última (jeje).

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  2. Hola Alberto, lo primero de todo felicitarte por este nuevo artículo, con semejante título como para perdérmelo...una delicia leer esos versos.

    De vez en cuando suele ser conveniente dedicar un rato a lecturas similares para intentar descansar las neuronas.
    Te paso un enlace para ti, y para quien lo quiera leer, para poder descargar un pequeño librillo que imagino te gustará.
    http://www.dropbox.com/s/fw33p0n5slsfm7d/Veinte%20poemas%20y%20un%20viaje%20inesperado.pdf

    Un saludo, Fernando.

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  3. Armando: Sí todos tenemos nuestras "cárceles", el problema está en saber donde reside el carcelero en ¿nosotros?, en ¿el "sistema"?, en ¿ambos?. Lo pero es no saber donde está.
    Esperemos que haya alguna parte más.
    Hablando de esperar, estoy impaciente por saber por donde nos sales en tu próxima entrada.

    Fernando: gracias por el comentario. He estado unos días liado, pero es mi interés imprimir el librito que nos pasas. Hay cosas que prefiero leer en papel y esta es una de ellas.
    Por cierto, muchas son de viajes marinos. Cualquier día te veo en el Zaldi juntando espuma y sal con vientos y atardeceres.

    Un abrazo pareja.

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  4. Preciosa y culta entrada Alberto.

    La libertad está ahí fuera, siempre ha estado ahí, abierta a nuestros adormecidos sentidos. El que descubre la libertad, su libertad, es capaz de encontrase consigo mismo.

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  5. Gracias Juan José.
    Me quedo, también, con tu pensamiento.

    Nos vemos, un fuerte abrazo.

    Alberto.

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