"Los dibujos o Diseños que se hubiesen de sacar de las plantas , deverá ser quando estuvieren aun frescas, y con su color , y verdura natural, pues en dejando pasar mucho tiempo despues de cogidos se ajan, y desfiguran, y por consiguiente no representan, ni dan idea justa de su estado natural."
Esta fue una de las instrucciones dadas a los dibujantes de la expedición científica que en 1777 partió al virreinato de Perú. El objetivo de la expedición era el realizar un estudio de la flora peruana y chilena, estando al frente de la misma los botánicos Hipólito Ruiz y José Pavón y los dibujantes José Brunete e Isidro Gálvez. También estaría en calidad de "acompañante" Joseph Dombey médico y naturalista francés para quien Luis XVI solicitaría permiso a la Corte Española, Carlos III, para formar parte de la exploración.
Además de la instrucción citada anteriormente a los dibujantes se les dieron otras, recogidas en las "Instrucciones que deberán observar los Dibujantes que pasan al Perú de orden de S.M.".
Así, los dibujantes deberían de ceñirse a la copia del modelo natural "sin pretender adornarla, ni añadir cosa alguna de su imaginación".
El estilo de cada artista podía estar presente pero siempre dentro de los límites fijados por la Corte.
Estos establecían el tamaño uniforme y la magnitud adecuada para "se escuse a la buelta el travajo, y gasto de reduccion par abrir las laminas. El habito de la planta será lo primordial del dibujo pero de manera separada se dibujarán las partes de la flor, frutos y la anatomía más esencial".
Respecto del color se dibujaría en tinta china pero se estableció una excepción que, al final, sería la regla: "se contentará con iluminar aquellas plantas, que por su especial hermosura, y por lo visto, o estraño de los matices lo merezcan". De hechos todas las láminas fueron coloreadas.
También se fijó censura a los dibujantes: "estarles absolutamente prohibido el levantar planos de Puertos, Plazas, etc."
Se llegaron a realizar 2246 dibujos de los cuales 2222 eran botánicos y el resto de animales.
Esos dibujos, no todos, pasarían a manos de los grabadores (51 artistas) que se encargarían de dar forma a la obra "Flora Peruviana et Chilensis" creando a tal efecto 499 láminas de cobre.
Con esta reciente expedición (se podía acudir igualmente a los albores de la especie humana y sus diversas representaciones), en el que quedó constancia la labor del dibujo en el reflejo de la Naturaleza, acudo a la jornada "UNA MIRADA A LA NATURALEZA A TRAVÉS DE LA SÍNTESIS DEL DIBUJO" que el
Instituo Alavés de la Naturaleza-Arabako Natur Institutua organizó e impartido por el artista y naturalista
Raul Dominguez.
La jornada se realizo en el Parque natural de Izki, concretamente en la localidad de Markinez.
Y la primer sorpresa de día, cuando menos para este profano en la materia, fue el dibujar pero ¡sin mirar al papel! y posteriormente hacer una puesta en común.
También Raul nos "obligó" a dibujar el movimiento, bien del agua, de un ave, de las ramas de los árboles, etc. Lo de dibujar el "sonido" quedó pendiente...
Fue pasando la mañana, recibiendo consejos, haciendo puestas en común, valorando, etc.
Una cuestión que me llamó la atención fue el gran valor que tiene el observar detenidamente lo que se está dibujando. Puede parecer una perogrullada, pero la de minutos y minutos seguidos que se puede estar mirando, por ejemplo, a una orquídea (de las 8 especies que se podía observar en el entorno, o ¿eran 11? -je-je-je).
Hasta llegar el momento "cumbre" dibujar lo que quisiéramos, dentro de un orden y concierto.
El lugar elegido una campita con buenas vistas.
Un par de ejemplos (desde luego y afortunadamente no míos) de lo que se puede llegar a hacer con buena mano y, por supuesto, siguiendo las instrucciones de Raul Dominguez.
El otro dibujo.
Parecía que el día llegaba a su fin, con buena chaparrada la que nos cayó en la vuelta, pero es obligatorio el mencionar la invitación de Nick y Begoña para que todos los presentes nos quedáramos a comer en su casa. Muchas gracias pareja porque fue un rato de los buenos-buenos a lo igual que la comida. Agradecimiento extensible a la gente del I.A.N por la jornada tan completa que pasé.
Cuando llego a casa no puedo por menos mirar(¿quién no tiene dibujos de la Naturaleza en casa?) diversos dibujos que tengo y valorar y apreciar más aún.
Como este de Fernando Fuello. Que junto con una pareja de quebrantahuesos, no sale en la foto, tengo en la habitación de la hija y que en alguna ocasión me dicen "...¿como se te ocurre poner esos dibujos en la habitación de una cría?)
O este más mundano en el mismo lugar. Por cierto el mirlo es un excelente dibujo de una fotografía de la "Fauna ibérica" de Rodriguez La Fuente.
Estando en la comida salió a relucir un libro "Gure Hegaztiak-Nuestras aves" Petronor - Sociedad de Ciencias Aranzadi, que tengo en casa. Este libro se puede considerar un hito, en Euskadi, del dibujo de las aves. Puede que sea el primero en reflejar y mediante dibujo a "nuestras aves".
De este libro, lo mejor y sin ningún género de dudas es precisamente los dibujos de las aves. Todo el volumen y las aves que en él aparecen están dibujadas. Una auténtica obra de arte. Dándose además la circunstancia de que al parecer no hay muchos ejemplares de esta obra. Por lo tanto con un valor añadido.
Pues bien en ello estaba cuando Raul Dominguez nos manifiesta que quien hizo las ilustraciones, los dibujos, fue ¡su padre! Angel Dominguez Gazpio.
Un libro que le tengo mucho cariño (al margen de una crítica que hice y que no tiene nada que ver con los dibujos) y mira por donde en una comida quien nos ha dado la clase de dibujo nos dice que fue su padre el autor de las ilustraciones.
Portada del libro.
Y un par de fotos de unas páginas del mismo.
Termino con un librito que anda por casa (ideal para llevar en la mochila) que es todo un clásico y en el que, creo que eran 9 euros su coste, se juntan el arte y lo didáctico a precio imbatible. "Las aves de Europa" Peter Barthel. Lynx Ediciones.
Bueno esta insignificante muestra (queda mucha más por casa) nos hace pensar en el valor de esos naturalistas-artistas que justificaban y lo siguen haciendo su presencia , a lo igual que en 1777 en Perú y Chile, en las expediciones científicas.
Por cierto antes mencionaba el libro "Aves de Europa", también tenía unos volúmenes originales de
"The birds of America" siendo su autor
John James Audubon, y Armando o ¿era Fernando? me los pidió no se para qué. El caso es que no los he vuelto a ver. Tampoco pasa nada, no importa, eran muy grandes y ocupaban mucho.