domingo, 7 de febrero de 2016

El cardo y la lana crean un tejido técnico.

Es una tela técnica que entre sus propiedades está la de ser impermeable pero transpirable, corta vientos y de abrigo, además de ser resistente al desgaste. Y todo ello en la misma prenda.
Esta tela se viene fabricando desde hace casi ¡mil años! y ha sido utilizada, y lo sigue siendo, por pastores, agricultores, cazadores, montañeros e incluso en el vestuario de diversas profesiones de riesgo como bomberos. Además, lo mismo ha estado en una cima de 8.000 metros que se la puede ver en una ceremonia social.
Tan buenas eran las propiedades de este producto textil que, por ejemplo, era utilizada como pago de secuestros en la época romana y medieval, así como en especie en los arrendamientos de tierras o pastos.
En la península Ibérica, desde la época celtibérica, se ha venido utilizando (de hecho fue decisiva en las diversas guerras numantinas) y recibía el nombre de sagum.
También, y quizás más conocida, sea la tela  conocida como Loden que fabricada desde la edad media por los monjes tiroleses y aplicada al ámbito rural de pastores y agricultores, ha pasado a la actualidad.
La palabra loden significa “paño de lana grueso” y se elaboraba con los vellones de ovejas. Las cualidades del tejido unido a que no se desengrasaba la lana y a su grosor  la hacen resistente al agua y al frío así como de protección frente al viento.

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Este abrigo de loden, también llamado "austriaco", lo compré hace más de veinte años en una tienda de ultramarinos de la localidad de Mariazell (Austria). Lo he utilizado asíduamente y está como el primer día. 
Es de la casa Steinbuck que comenzó su actividad en los años 30 del siglo pasado en la ciudad de Innsbruck.

El color original de estas prendas de lana era el gris o pardo oscuro, la lana blanca no existía y esta era  la única que se podía teñir. De esa época hay registros del año 1060 que muestran como los dignatarios de la iglesia y los terratenientes seculares aceptaban, como hemos indicado, tejido loden el lugar de dinero como pago de alquiler de fincas.
Este paño que en principio se limitaba al ámbito rural, adquirió notoriedad cuando la fábrica Loden Mössemer de Pustertal, Tirol del Sur, elaboró una prenda para el emperador Francisco José de Austria (1848-1916). Siendo gracias a esta persona (el marido de Sissi) quien la introdujo a la nobleza para su utilización como prenda de caza.

CARACTERÍSTICAS:

Veamos un ejemplo de esta tela y sus maravillosas propiedades en una prenda polivalente: el Austriaco.

.-Debido a la elaboración y al mantenimiento de la grasa de la lana en su proceso, hace que sea impermeable al agua. A ello se le une el cepillado de la lana quedando en forma de tejas.
.-Igualmente cuando hace frío y como si fuese construido con una tecnología de nano-partículas se contrae el tejido aumentando en cierta medida su grosor produciendo de esta manera mayor aislamiento. Por el contrario cuando hace calor se dilata siendo más fresca la prenda.
.- También posee lo que actualmente y en prendas sintéticas se conoce como “windstopper” o lo que es lo mismo corta vientos.
.- Otra característica es su resistencia al desgaste. De ahí que sea utilizada, como en sus orígenes, en prendas que requieran esta propiedad en el  ámbito laboral.
.- Si la prenda es de calidad estará elaborada con pura lana virgen, y debido también a su proceso de fabricación, la misma no se arruga.

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Otros detalles propios  del austriaco son los siguientes:

.- Por su corte, el mismo se ciñe en los hombros pero de manera libre ya que las mangas al altura de las axilas se encuentran sin unir, es decir sin coser al resto de la prenda. Actualmente muchas prendas sintéticas-técnicas precisamente llevan una cremallera en esta parte de la prenda.
En el caso del austriaco su razón básica es el permitir y facilitar el  encare del arma de caza.
.- Igualmente como prenda de caza para la que fue diseñada, el color que presenta es el verde bosque o verde musgo (conseguido en sus orígenes con tintes de  acículas de pino).
.- A partir de los hombros y debido al corte trapezoidal que tiene hace que, unido al fuelle de la espalda, se pueda llevar dentro del abrigo la escopeta y demás pertrechos de caza.
.-Al llegar por su longitud hasta debajo de la rodillas permite proteger de la lluvia y el frío la casi totalidad del cuerpo. Evidentemente no es una prenda pensada para andar, pero en las esperas se muestra como prenda ideal.
.-En la zona del pecho y espalda presenta doble tela, sobre protegiendo esta parte del cuerpo.
.- Se abrocha con botones de cuero clásicos y que personalmente me recuerdan la forma de un lauburu.
.- Cuando se encuentra abotonado permite el acceso a los bolsillos del pantalón a través de una abertura lateral próxima a los bolsillos del austriaco. Bolsillos que junto con los rebordes de la manga se encuentran protegidos por unos rebordes de cuero cosidos al abrigo.
.- El cuello al subirlo se puede cerrar a través de una pieza de tela que uniría ambas partes del mismo.
..- Esta prenda además de su uso en el campo permite su utilización en otro tipo de actividades como puede ser el portarla en un entorno urbano. Siendo una virtud de la misma la de no parecer pasar de los años.
Es decir, nos encontramos ante una prenda todo terreno y de las denominadas actualmente ecológicas.

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SU FABRICACIÓN NATURAL Y ETNOBOTÁNICA.

Un proceso que clave en la elaboración de estas prendas era el “perchado”.
A principios del siglo XX el loden pasó de ser un tejido rústico a convertirse en uno fino. Era lo que se llamaban paños finos y super finos. Para dar a estos paños un maravilloso e inimitable aspecto sedoso era necesario, después de las clásicas operaciones de cardado, tejido y enfurtido, el “perchado”. 
Es decir peinar interminablemente y con muchísimo cuidado el paño, esforzándose en arrancar el mínimo posible, para sacar a la superficie un terciopelo de fieltro, suave y calentito, muy apretado. Labor que sólo se podía hacer con el cardo cultivado
Únicamente con este cardo se podía desbrozar las briznas de lana desde lo más profundo de la tela para enderezarlas y amontonarlas en centenares de pequeños cabellos de ángel y todo ello sin dejar jamás la trama al desnudo. Posteriormente se procedía a un afeitado con unas tijeras especiales que pesaban casi quince kilos.

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Dipsacus es un género de planta con flor de la familia Caprifoliaceae .  Los miembros de este género se conocen como cardos. El género incluye unas 15 especies de plantas,soliendo ser las herbáceas con flor más altas. Son bienales, creciendo a 1-2,5 metros de alto. Son  nativas de Europa, Asia y el norte de África.
El nombre del género se deriva de la palabra sed de agua y se refiere a la formación de las hojas sésiles en su unión al tallo. El agua de lluvia se puede acumular en este receptáculo; esto puede llevar a cabo la función de prevenir chupadores de savia de insectos tales como pulgones o de  babosas que puedan subir por el tallo. 
Los cardos se identifican fácilmente por  su tallo y hojas espinosas, y la inflorescencia de color púrpura oscuro de color rosa o lavanda, flores que forman una cabeza en el extremo del vástago . La inflorescencia es ovoide, de 4-10 centímetros de largo y 3-5 cm de ancho.
Las primeras flores comienzan abertura en un cinturón alrededor de la mitad de la inflorescencia esférica u oval, y luego secuencialmente se abre  hacia la parte superior e inferior, formando dos bandas estrechas. La cabeza seca persiste después, con pequeñas semillas que maduran a mediados de otoño.
Con esta fórmula se puede saber el número de flores o semillas que pueden tener una cabezuela:  N = (186,5 x L) – 27.  Siendo N el número de semillas y L la longitud de la cabezuela. Como se puede ver es una planta muy estudiada por cuestiones obvias

Las semillas son una importante fuente de alimento de invierno para algunas aves, en particular el Jilguero, cuyo nombre científico deviene, precisamente del cardo: Carduelis carduelis.

Esta labor requería grandes plantaciones de cardos cuyas cabezuelas se utilizarían para este fin. En un primer momento estas cabezuelas se colocaban en una cruceta en cuya parte superior se solían colocar unas diez. Y de esa manera se procedía manualmente a rastrillar el paño. Labor realizada por adultos, pero con niños ayudando al objeto de quitar la pelusa de lana que se quedaban entre las espinas de las cabezuelas del cardo.
Para hacernos una idea de esta labor basta con recordar que era necesario, para pechar el paño, el dar más de 40.000 “zarpazos” en una tela para paño de lana normal o 140.000 en un paño súper fino.

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Estas hojas de las cardanchas, otro de sus nombres comunes, son opuestas y carecen de pecíolo siendo glabras y espinosas. Al ser opuestas y carecer de pecíolo hacen que se suelden al tallo formando un cuenco que retiene el agua proveniente de la lluvia o del rocío.
Esta cualidad produce que determinados insectos se ahoguen en el agua retenida. Alguno botánicos consideran que el producto descompuesto del insecto en el agua podría ser absorbido por esta planta. De ser así nos encontraríamos ante una planta proto-carnívora.

Todo ello requería extensas plantaciones de cardos (cardales) muy extensos en Francia y en la Península en la zona de Alicante y Cataluña, lo que originó un próspero negocio en el que incluso los agricultores llegaron a cambiar los sembrados de cereal por las plantaciones de cardos, para su posterior exportación a países como Alemania, Bulgaria, Holanda, Italia, países bálticos, etc.

Incluso llegó con la industrialización, a partir de 1830, la combinación de máquinas de vapor con cabezuelas de cardo para agilizar el trabajo manual.

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Fotografía realizada en el Museo de Boinas de La Encartada, (Balmaseda). Se observan las hileras de las cabezuelas de cardancha dispuestas en la máquina.

Sin embargo, esta industria del paño fino fue en declive, suponiendo si acaso su salvación la elaboración de piezas de fieltro para la fabricación de papel, la de telas para billares y fundamentalmente el renacimiento del tejido tipo Loden.

En fin, un ejemplo de como la Naturaleza  creó un tejido acudiendo a la ganadería ovina y a la aplicación etnobotánica del cardo.