domingo, 26 de abril de 2015

Aguileña: Aquilegia vulgaris

El origen de la denominación científica del aguileña se presta a la confusión. Su nombre científico Aquilegia vulgaris se debe al botánico y explorador francés Tournefort (1656-1708) quien es considerado como el primero en aclarar la definición del concepto de género para las plantas.
Tournefort, profesor de botánica en el Jardín de las Plantas de París, fue el que “bautizó” a esta planta. Fue el creador del nombre del género Aquilegia pero no dejó dato alguno a qué se refería con esa denominación: bien se puede definir, como se verá a continuación como “águila” o como “ estanque” (aquilegium), y en ambos casos referidos a los cinco espolones ganchudos que presenta la planta y que bien pueden parecer se ha las garras de un águila o a la función de depósito de agua que está entre sus funciones.
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La aguileña es una especie que agrupa diversas variedades distinguiéndose por rasgos particulares.
Pertenece a la familia de las ranunculáceas (como los heléboros y acónitos).
Es una planta perenne que crece de una cepa leños a formada por un rizoma y una raíz principal gruesa sus tallos muy erguidos pueden alcanzar entre los 30 y 70 centímetros. Las hojas basales formando una roseta, son pecioladas. Las hojas caulinares tiene segmentos enteros y un corto pecíolo.
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En la foto superior se observan los cinco espolones nectarios así como el pedúnculo floral.
Imaginativamente se puede inferir las garras de un ave de presa, y más propiamente las de un águila.
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Las fotografías se han obtenido en el País Vasco, Burgos y Cantabria. En concreto la fotografía superior en la proximidad de la “cola de caballo” que forma la cascada del río Asón.
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La flor del aguileña, presenta cinco sépalos petaloides y los pétalos de tonos degradados, que recuerdan los pliegues complejos de la papiroflexia.
Las flores, hermafroditas, aparecen en racimos con pedúnculos de hasta cuatro centímetros, son actimorfas, caducas y limbo ovado-lanceólado.
“ Con un curioso juego de manos, se pueden ver los pétalos de un lado encima de los sépalos, y, por el otro lado debajo”.
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Presenta un largo espolón nectario que se hunden vertical entre las piezas del cáliz. Es decir nos encontramos con cinco piezas nectaríferas provistas de un limbo y un espolón ganchudo cada una. La entrada de cada espolón es amplia mientras que en el extremo contrario es más estrecha y curva.
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El androceo está formado por numerosos estambres, los más internos son estériles, mientras que los externos son fértiles. En la foto superior se observa además las anteras.
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En el País Vasco están presente dos especies de aguileñas: la Aquilegia vulgaris (con la subespecie hispanica) y la Aquilegia pyrenaica.
Sin embargo también se puede observar (foto superior e inferior) de manera naturalizada la americana Aquilegia chrysantha o colombina dorada.Originaria del suroeste de USA, de Utah a través de Arizona con una pequeña población en el vecino Nuevo México y una población disjunta en Colorado.Varía en altura de 20 a 50 cm. El follaje es verde no glauco y las hojas son glabras a pubescentes ligeramente por debajo. Las flores erectas y un color amarillo dorado. Los sépalos son de color amarillo, de 20 a 35 mm de largo y perpendicular. Las hojas son de color amarillo pálido, 13 a 23 mm de largo y las espuelas son de color amarillo de 30 a 70 mm de largo.
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TOXICIDAD

La presencia de sus principios tóxicos: alcaloides y glucósidos cianogénicos, provocándose la liberación de ácido cianhídrico.

Las semillas de esta planta se utilizaron en la fabricación de perfumes afrodisíacos en la antigüedad y se dice que las cortesanas lo masticaban para ejercer mejor su oficio. Es por este motivo por el que las vestales romanas tenían absolutamente prohibido cualquier contacto con esta planta.
J. Ramón Gómez, en su obra "La toxicidad de las plantas ornamentales" nos manifiesta que:algunas tribus indias de américa utilizaban estas plantas con la misma finalidad que en Europa, utilizándose el polvo de la semillas que fortado sobre la palma de las manos del amante, actúa como afrodisíaco cuando une sus manos con las de su pareja.