Esta breve entrada no la voy a poder ilustrar
como hubiese querido.
Fue un corto paseo, con perro incluido, a uno
de esos lugares de los permitidos poder acceder en estos tiempos de pandemia y además no suelen acudir mucha gente. Ambas circunstancias marcaron el devenir de
la excursión.
Al de poco de andar observo que me sale al camino
un reyezuelo sencillo (Regulus regulus) no es nada extraordinario su visión,
pero siempre nos viene a la mente que estamos observando una de las aves más
pequeñas de Europa.
Unos metros más adelante y en mitad de una
campa observo que hay “algo verde”con
forma de pájaro. El jizz que llevamos dentro me lleva al pito real (Picus
viridis). Su vuelo hacia un cercano pino me lo confirma y su posterior canto lo
reafirma.
Y ahora es cuando llegamos a esa falta de
ilustración que decía al principio. Sin cámara de fotos ni prismáticos, solo
con el teléfono móvil, es cuando me dirijo a un bosque de roble viejo y hayas
beligerantes.
En ese tramo y diez minutos después del pito
real, una sombra parda con partes de color crema se dirige volando a la altura
de una persona hacía mi.
La suerte hace que no nos “choquemos” y a
unos 20 metros al verme gire a su derecha. Si no hubiera venido de frente no le
habría visto: era un búho real (Bubo
bubo).
¿Qué es lo que estaba ocurriendo? que encima
de mí, en el haya de mi izquierda y en lo alto se encontraban dos palomas
torcaces. Ni mi presencia las espantó, sabían lo que les venia.
El caso es que el búho lejos de desaparecer
se posa en otra haya delante del camino que llevaba. Esta vez, saco el móvil y
me acerco grabando o eso pensaba. En lugar de ponerle en modo video, toco el
botón y lo que hago es una foto sin saberlo. Estando en la creencia de la
grabación me aproximo y suavemente vuela para dirigirse a otra hayacercana y en el mismo camino.
Misma operación y mismo fallo. El ave se
recrea conmigo y yo celebrando e “inmortalizando” el encuentro. Se aleja algo
más a la derecha y mirándonos nos decimos hasta otra.
No es la primera vez que nos topamos con un búho
real, en otra ocasión y con otra persona a mi orilla nos salió uno a menos de
cinco metros.
Pero, también he visto a esta rapaz nocturna
(la más grande de Europa) en el estado que nadie desearía, muerta. Saqué la
foto que pongo a continuación y me informaron que fue de muerte natural.
Se siguió con el paseo y se vio rastros del pito
negro (Dryocopus martius). Su presencia en ese lugar está verificada. El pájaro
carpintero más grande de Europa.
El trabajo del carpintero.
Un trayecto marcado por unas interesantes observaciones.
El pasado domingo de Resurrección enviaba a un pequeño grupo de Whastap, formado por Alberto Palomera, Javier Calle e Iñaki Garcia Uribe un saludo acompañado de la canción Ikusi Mendizaleak. La canción enviada era interpretada por el grupo Oskorri, con una imagen fija de una ikurriña y de los montes Amboto, Izpister, Orisol y al fondo se intuye el Gorbeia, la foto parece estar sacada desde el Udalaitz.
Ikusi mendizaleak
Cuál sería mi grata sorpresa que Iñaki Garcia Uribe nos manifestó que iba a publicar un trabajo en la revista ON sobre la historia de esta conocida canción montañera y de su autor Don Sabin Lopez de Guereño. Le pregunté si podía reflejarlo en este blog, decir que no solo me autorizó si no que además me pasó una serie de fotos que también pongo.
Me he permitido, pequeña ventaja que tiene este medio, el poner sonido al escrito de Iñaki García. Los videos que se acompaña son públicos en YouTube e igualmente me remito a sus autores.
Sabin López de Guereño.
Bilbaíno y compositor de "Ikusi mendizaleak"
ESTA ES LA PEQUEÑA HISTORIA DE UNA LAS CANCIONES MONTAÑERAS MÁS IMPORTANTES EN LA HISTORIA EN EUSKAL HERRIA. YO DIRÍA LA QUE MÁS, PUES HA TRASCENDIDO EN VARIAS GENERACIONES DE MONTAÑEROS VASCOS. Y TODAVÍA ESTABA SIN CONTAR. [TEXTO: IÑAKI GARCÍA URIBE. INVESTIGADOR DEL MONTAÑISMO VASCO Y MIEMBRO DE ARANZADI]
“Ikusi mendizaleak
baso eta zelaiak,
mendi tontor gainera
igo behar dugu” …
Estos primeros cuatro párrafos compuestos como unidad temática musical, pertenecen a una las canciones montañeras más importante en la historia en Euskadi. Yo diría la que más pues ha trascendido en varias generaciones de montañeros. Tanto es así que se adaptó como himno del Athletic Club de Bilbao. Estaba sin contar.
Pudiera ser la canción que nos ocupa la cuarta publicada en PYRENAICA y la que más auge tuvo, tiene y tendrá. No obstante, estos datos estarían a falta de revisar y cotejar por investigadores de la materia musical, que no es mi caso. Pero si quiero aportar este artículo, pues la historia de IKUSI MENDIZALEAK, tras 54 años de vida, estaba sin contar.
En la revista, PYRENAICA (ANALES DE LA FEDERACIÓN VASCO-NAVARRA DE ALPINISMO), en su primer número impreso (1926, página 34), muestra la primera en publicitarse en un soporte propio para el deporte del montañismo. Se titula ALTZA GAZTIAK (*1) (Himno a los Mendigoizales, escrito con ese ante título), compuesta por Jose María de Beobide Goiburu y escrita por Emeterio Arrese Bauduer. Veintinueve años después, en 1955, la vuelven a insertar. Es el himno juvenil de los montañeros ¡Ánimo chavales!
El pasacalles Altza Gaztiak del tolosano Beobide fue publicado como Himno de los Mendigoizales para la Federación Vasca de Montañeros, con letra del también tolosano Emeterio Arrese. Se estrenó (como himno del Athletic Club) por primera vez en el estadio de San Mamés el 30 de marzo de 1983. Wikipeida
Pero ojo, 11 años antes de que se publicase esta canción, que luego fue... la del Athletic Club de Bilbao (parece que Carmelo Bernaola así la adaptó), en 1915, el bardo de Laudio/Llodio, Ruperto Urkijo Maruri, compone LUCIANO Y CLARA, después modificado su título a “EN MONTE DE GORBEA”. Este precioso zortziko es otro de los himnos históricos del motañismo vasco. Curiosamente Ruperto nunca estuvo en Gorbeia, pero sí dejó una marca de por vida en esta montaña que tiene una Cruz a cuestas. Tres años antes de que la compusiera se instaura el montañismo vasco, en Bilbao, de manos del CDB y se constituye su Sección de Montaña, que es el primer club montañero vasco y quienes despiertan y expanden la conciencia mendizale en toda Euzkadi.
Coral de Santa Lucia de Llodio. Luciano y Clara
En 1928 y 1929 PYRENAICA publica dos canciones montañeras más, GOAZEN MENDIRA y GURE ANTXON MAITEARI, ambas firmadas por Iñaki Elorza Echeberria (músico y montañero, miembro activo de la FVNM, el 14 de agosto de 1929 fallece en el monte Uzturre, Tolosa).
La segunda canción impresa en PYRENAICA nº 12 y en su página 30, parece ser que la compuso el malogrado Elorza expresamente para cantarla en Izaspi (el balcón de Urola y de Gipuzkoa, cota 973 m), con motivo de la colocación de un buzón alpino por los hermanos Linazasoro, acabando la fiesta con la imposición de medallas a los finalistas eibarreses.
37 años después, Sabin López de Guereño, le regala a su novia IKUSI MENDIZALEAK. A su vez, nos la regala a todos los y las montañeras vascas. Pero veamos cómo es el recorrido de la canción y, por supuesto, de su autor.
El propósito de este artículo es doble. Primeramente honrar la obra musical de Sabin y después, contar por vez primera cómo y porqué este bilbaíno compuso esta preciosa melodía que hemos cantado los que ya peinamos canas, desde que teníamos uso de razón (en mi caso desde los 4 años -1969- en el Club Alpino Padura que aita presidía en Arrigorriaga, fue el momento de expansión de la canción entre clubes de montaña y grupos de txistularis).
Hay mucho que contar y no sé por dónde empezar. Vamos allá. Sabino nació el año 1941 en la calle entonces llamada Espartero (ahora Ajuriaguerra). Era el menor de seis hermanos. De su aita, Lorenzo López de Guereño (Plentziarra), aprendió a amar al pueblo vasco y de su ama Inés Arrarte Martínez (Bilbaina), el euskera. Cuando tenía 15 años comienza a salir de excursión al monte, junto con un grupo de amigos de Acción Católica de la parroquia de San Vicente en Abando. Cursó los estudios de violín en el Conservatorio de Bilbao, obteniendo el Diploma de Capacidad en el año 1960 y el título de Perito Industrial de la Escuela del gremio también en la capital bizkaina, en 1964. Tiene un Máster de Dirección de Marketing y Comercial y de Dirección de Ventas por la IDE (1994). Además dispone de los títulos EGA y ESCUELA OFICIAL DE IDIOMAS DE BILAO de euskera. Sus 40 años de trabajo profesional los desarrolló en la empresa ARTECHE (Mungia), llegando a alcanzar el puesto de jefe de ventas del mercado nacional.
La canción IKUSI MENDISALEAK, es la tercera de las que ha compuesto. Aunque no puede precisar la fecha con exactitud (1966-1967), si recuerda con todo detalle el porqué, el cómo y dónde le surgió la inspiración. Por entonces, su hermano Xabier Gereño (escritor deustoarra), cofundador de CINSA, empresa creada para fomentar la grabación de vinilos con música y canciones en euskera, le habían gustado las dos canciones que Sabino había compuesto. La primera fue ZORIONEKO EGUN AU, canción lírica dedicada a su cuñado Joseba a su regreso de Venezuela y la segunda, el zortziko LOREAK BARATZETAN, dedicada a su novia María Luz Zarraga Ateca. Se casaron en el año 1969.
Xabier le comentó a Sabin que compusiera una nueva marcha montañera, porque siempre cantábamos las mismas canciones, véase Mendizaleak Aurrera, Agur Zuberoa …
Aquella noche Sabin había dejado a su novia Argiñe (María Luz) en el portal de su casa, en Particular de Alzola. Volvía alegre hacia la de sus padres, con el paso ágil y rítmico, típico de los montañeros cuando caminan. Y sin saber cómo, al llegar a la Plaza de Indautxu surgió la melodía que fue tomando forma mientras la silbada, hasta que llegó a casa. Inmediatamente la escribió. La música estaba, faltaba la letra. Se puso manos a la obra y aquella misma noche nació IKUSI MENDIZALEAK. Pasó un tiempo y un buen día Xabier le comentó que la presentara al concurso “NUEVAS CANCIONES VASCAS”, pero el jurado la rechazó, porque era una “marcha” y les parecía de poco interés. Pero la partitura había llegado a manos de txistularis y orfeones que la empezaron a divulgar, sin que Sabin tuviera conocimiento alguno.
Sigo conversando a gusto con Sabin López de Guereño. En un momento de la entrevista me cuenta que se editó en la prestigiosa revista ”Txistulari” la canción que nos ocupa. Algo más nos une, le comento, además de la cultura del montañismo. Yo también escribí un artículo en dicha revista sobre “Luciano y Clara”.
¿Cuándo la escuchaste por primera vez?, le espeto. La primera fue en la campa de Urbia (Oñati), un día de celebración de Aberri Eguna y quedé muy sorprendido, me responde. A partir de entonces la aceptación de la canción en toda Euzkadi fue sorprendente.
La primera edición en formato disco fue a cargo de los hermanos Argoitia, Irune y Andoni, editado por CINSA (1968), que la incorporaron a su repertorio, interpretándola en sus recitales, lo cual facilitó enormemente el que la gente fuera aprendiendo, no solamente la música, sino también la letra. Durante algún tiempo IKUSI MENDIZALEAK ocupó el primer lugar en el “EUSKAL HIT PARADE” que, como barómetro de las preferencias del público en este tipo de canción en lengua vernácula, había montado Juan Manuel Ares. En cualquier caso, y siguiendo el consejo de Argiñe, la registró como autor el año 1970.
Ikusi mendizaleak. Interpretada por los hermanos Argoitia, Irune y Andoni.
¿Y qué sientes cuando escuchas por doquier, en las fiestas de los pueblos, cantar tu canción?
Hoy en día la canción ha trascendido de su autor. IKUSI MENDIZALEAK no es mía (me dice textualmente Sabin), porque el pueblo vasco la ha hecho suya. Al haberse popularizado tanto se ha generalizado la creencia de que es una canción popular (de autor desconocido). No obstante, a lo largo de los años, varios compositores –no menos de diez-, han registrado IKUSI MENDIZALEAK como autores de la misma y le ha costado un gran esfuerzo “deshacer el entuerto”.
Le pregunto si ha seguido componiendo, que cosas le motivan y que proceso creativo sigue.
“Iñaki, voy a empezar por lo último. Los compositores habitualmente se inspiran en un poema al que le ponen música. En mi caso es al contrario. Casi siempre, en un momento dado, de mi interior surge una melodía, la escribo y luego hago un poema que encaje con la melodía. Yo vivo en este mundo y me inspiran cosas que pasan a mi alrededor, especialmente las que tienen vinculación con mi pueblo. Por consiguiente he seguido componiendo canciones amorosas, de cuna, líricas, marchas, biribilketas, y otras, hasta superar las 270 canciones en la actualidad.
Argiñe y yo tenemos tres hijos: Asier, Aritza y Naiara. Cada uno tiene su canción de cuna. A los que hay que añadir cinco nietos: Izai, Amaiur, Ilargi, Goizane y Bera, cada uno con su respectiva canción de cuna. Y a Argiñe le he dedicado tres canciones: la primera al poco tiempo de hacernos novios; la segunda cuando celebramos las bodas de plata y la tercera con motivo de nuestras bodas de oro”.
¿Y qué me dices en cuanto a marchas montañeras? ¿Has compuesto otras marchas al margen de IKUSI MENDIZALEAK?
“Normalmente las marchas se escriben en el compás de 2/4. Son rítmicas, para que ayuden a -llevar el paso-. EGUZKIA, es una canción lírica con una letra montañera que narra la visión de un atardecer en el monte, donde la puesta de sol, el cielo rojizo y la inmensidad de las montañas oscureciéndose en medio del silencio que me rodeaba, me hizo poeta. Y MALDATIK GORA es otra canción lírica que expresa lo que siento por ese maravilloso espacio que es Urkiola, que tantos recuerdos traen a mi memoria”.
Esta es la historia de la canción montañera vasca que ha marcado una época en todos nosotros y que ahora lo hace en nuestros hijos, aunque el testigo del montañismo, como lo hemos vivido, no sea el mismo en el siglo XXI. La canción sí.
Ha sido un placer escuchar al maestro. Me cuenta los datos, curiosidades y la propia historia de la canción con una dulzura especial, algo que difícilmente se puede explicar. Además de su hija y de Iñaki Llano, el arqueólogo y montañero laudioarra, Juanjo Hidalgo, me acompañan en esta primera cita mágica. Gracias en especial para “la musa” de la canción, Argiñe, todo sonrisa con una magia en su mirada que atrapa a quien tiene la suerte de conocerla.
Sabin Lopez de Guereño e Iñaki García Uribe
Eskerrik asko Sabino. IKUSI MENDIZALEAK.
(*1) ALTZA GASTIAK es una bilbirilketa, una canción festiva que escribió el poeta Emeterio Arrese Bauduer (1860 – 1954) y compuso Jose María de Beobide Goiburu (compositor y organista de Zumaia). La canción, a mi entender, no es exactamente montañera, pues de las 24 estrofas que tiene, sólo en 3 de ellas se alude al montañismo. Es un pasacalles que se publicó, según me cuentan, como himno de la FVNM.
Iñaki García Uribe
(Investigador del montañismo vasco y miembro de Aranzadi)
Tiempo de berrea. Esta vez en la parte riojana de la Sierra de La Demanda. Unas imágenes de un amanecer amenazador por lluvias, viento y niebla a casi 2000 m de altura. Esa mañana, la tarde-noche anterior no se oyó, sin embargo fue una sinfonía coral.
Una vez más tuvimos la suerte de ver y oír una excelente berrea. Con la suerte de estar acompañados de una persona que acudía por primera vez y que tras los primeros momentos de "tirar de prismáticos" se convirtió en una buena guía señalando dónde estaban diversos machos y hembras.
Un pequeño video de la berrea en altura, en esta parte de la riojana Sierra de La Demanda.
No entiendo de perfumes ni colonias, pero el caso es que
hace bastantes años cuando mis padres y un hermano regresaron de los montes
Tauro en Turquía, me trajeron un par de botes de plástico como de
medio litro cada uno y no sé si eran de perfume o de colonia. Era, junto con unos
pañuelos de seda, para hacer un regalo a
dos compañeras de trabajo.
El caso es que un bote, insisto en lo de bote y no
frasco, se me cayó encima de una librería y abriéndose el tapón se derramó
parte del contenido. Aquel líquido olía maravillosamente bien. Limpie el
estropicio y pese al transcurso de los años y han pasado bastantes, es el día que aunque
tenuemente sigo oliendolo.
Siempre me he preguntado por los ingredientes que
formaban el líquido de ese bote y cuál sería el motivo de la permanencia
de su olor pese al tiempo habido.
Este verano creo que di con la solución del enigma, si no
de una manera total puede que muy próxima a ella.
En un jardín vi lavanda en flor, en concreto Lavandula
latifolia, y como casi siempre que veo estas plantas me gusta tocar y apretar
sus flores con las manos. Es muy agradable, como es de suponer, el olor que
desprende y como se fija.
Seguí andando y lo que vi a continuación fue un
pistachero (Pistacia vera) el árbol cuyos frutos son los pistachos.
Los frutos, propiamente drupas, se encontraban verdes y
la curiosidad me hizo que cogiese varias. El pedúnculo que las unía a las ramas
se encontraban muy verdes y húmedos y es al cortarlos cuando saltó la chispa.
La impregnación que tenía de lavanda en las manos se
mezcló con el olor del pistacho y ¡menuda combinación!
Del pistacho y sus frutos solo conocía cuando los comemos
y en alguna ocasión puntual cuando tomamos un helado de pistacho. Lo que desconocía
era lo de su agradable olor. Un olor que recuerda a la naranja, y diría que
huele a naranja mejor que los naranjos. El pistacho unido a la mezcla de
lavanda que tenía en las manos hizo que de manera automática la combinación de
ambos olores me trajese a la memoria aquel bote que se derramó en la librería hace
muchos años.
El hallazgo se lo comenté a mi hermano y me dijo que lo
que me trajeron a granel y sin nombre comercial alguno ni dato que figurara en el envase,
lo compraron en un pueblo de los montes Tauro que no aparecía ni en los mapas
turcos y que la compra se lo hicieron a un lugareño en su establecimiento
formado con una caravana antiquísima.
Tengo claro que lo que me trajeron está realizado cuando
menos por estos dos ingredientes y no me cabe duda que la industria de la perfumería
conocerán de la existencia combinada de estas dos plantas. Pero lo que me sorprende
es que habiendo pasado años sigue habiendo olor y ¿no es esta propiedad la de
la permanencia una de las más valoradas en perfumería al margen del buen olor?
Luego la publicidad se encargará de bombardearnos con la venta de tal o cual colonia o perfume y desde luego a precios que cuanto más elevados más parecerán acreditar las bondades del producto.
Pero en fin, con la mezcla de estas dos plantas sale una combinación espectacular y barata, muy barata.
Cuando sean necesarios
conocimientos científicos, artísticos, técnicos o prácticos para valorar hechos
o circunstancias relevantes en el asunto o adquirir certeza sobre ellos, las
partes podrán aportar al proceso el dictamen de peritos que posean los conocimientos
correspondientes o solicitar, en los casos previstos en esta ley, que se emita
dictamen por perito designado por el tribunal.
Este párrafo que es una
copia literal del punto 1 del artículo 335 de la Ley de Enjuiciamiento Civil,
describe la razón de ser de la prueba pericial en un procedimiento judicial, si
bien es un artículo de la LEC, sirve para entender este medio de prueba en cualquier otra
jurisdicción y aplicable al derecho comparado.
Ello viene como aclaración
para entender la anécdota que Wade Davis
que nos relata en su obra “El Río, Exploraciones y descubrimientos en la selva
amazónica”.
El Río.Exploraciones y Descubrimientos en la Selva Amazónica.
Banco de la Republica/El Áncora Editores.
Esta anécdota va referida
a su profesor de botánica, de la Universidad de Harvard, Richard Evans Schultes,
uno de los etnobotánicos más importantes
del pasado s.XX
"Su lealtad (refiriéndose a
Shultes) a la revuelta estudiantil fue legendaria. Durante años viajó por todo
el país esgrimiendo un oscuro argumento taxonómico para lograr la liberación de
docenas de jóvenes acusados de posesión de marihuana.
Su razonamiento era más o menos por este estilo: según la Ley
(en Norte América años 1960 y siguientes) la marihuana es ilegal, pero hace muy
poco , cuando la Ley se modificó con el propósito de derrotar la cruzada de
Schultes, la que quedó prohibida legalmente fue la variedad conocida con el
nombre de Cannabis sativa. Shultes, sostenía que había tres especies de marihuana,
entre ellas la Cannabis indica y la Cannabis ruderalis, y en cuanto testigo
experto, declaraba que no existía forma de distinguir entre las especies por
medio forenses exclusivamente. Esto hacía que el peso de la prueba recayera en
la acusación, que debía de demostrar más allá de toda duda razonable, que una
bolsa de capullos molidos era Cannabis sativa y no cualquiera de las otras dos
especies afines. Puesto que ni los botánicos podían ponerse de acuerdo en cuántas
especies había, se trataba por definición de un cometido imposible. Pero esto, por
supuesto, hacía todo más dramático. Con Schultes
y su séquito por un lado, enfrentados de otro por un grupo de botánicos
indignados, a menudo envidiosos de su fama, enfurecidos por su posición sobre
las drogas y abiertamente desdeñosos de sus puntos de vista taxonómicos.
La también decorativa Cannabis sativa
En realidad, las
evidencias a favor de la posición de Schultes, eran bastantes dudosas. La
Marihuna es una planta de muchos usos, que durante más de cinco mil años ha
sido empleada como aceite, alimento, droga, medicina y fuente de fibra. La
variación morfológica que lo llevó a distinguir tres diferentes especies puede
muy bien haber sido el resultado de una selección artificial. Sin embargo dadas
candentes pasiones de la época, cuando
los estudiantes eran arrestados por fumar una hierba inocua no importaba
ninguno de esos detalles académicos.
Richard Evans Schultes
Harvad Museum of Natural History
Importaba sí la sombrosa
habilidad de Schultes para forzar los tribunales a dejarlos libres. Fue esto,
más que cualquier otra cosa, lo que contribuyó a su mítica reputación en el
campus de Harvard.”
Una prueba pericial que ya
no tiene cabida. Actualmente se siguen criterios de afectación a la salud
pública y no en criterios taxonómicos si nos referimos a plantas.
Pero este criterio de la
influencia en la salud pública también tiene su gran anécdota pericial-judicial.
Solo que esta vez en España y más
reciente: en la década de los años noventa del pasado siglo. Esta para otra
ocasión.
Espectacular otoñada la que estos aviones comunes (Delichon urbicum) nos han brindado el pasado 19 de agosto en la riojana localidad de Ezcaray.
Es una golondrina pequeña, compacta y de obispillo blanco. Aunque rupícola en origen, se ha asociado desde antiguo a las construcciones humanas, y ahora habita con gran éxito incluso en las grandes ciudades. Muy gregaria, construye colonias de nidos adosados a edificios. Aunque en nuestro país se trata de una especie migradora y estival, en los últimos años se ha puesto de manifiesto una mínima invernada en el suroeste de España. La numerosa población española, quizás la mayor de Europa, muestra tendencia estable.
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Pequeña golondrina de aspecto compacto, negro azulada brillante por arriba y blanca por abajo, con límites netos entre colores . Posee alas largas y apuntadas y cola corta ahorquillada de color negro; pico corto, plano y negro; boca muy ancha, y patas cortas cubiertas de finas plumas blancas. Destaca su obispillo de color blanco, la única zona clara de las partes dorsales. Ambos sexos son iguales. Los jóvenes resultan menos contrastados, más parduzcos, sobre todo por abajo, con límites difusos entre partes negras y blancas, y con puntas blancas en las terciarias. Este pájaro suele observarse en vuelo y agrupado. Su vuelo es rápido y ágil, aunque menos que en la golondrina común, y a menudo se produce a mayor altura que en esta. Se posa con frecuencia, a veces en el suelo.
La subespecie meridionale, de menor tamaño, es la presente en España, aunque muchos expertos no aceptan esta raza. En época de cría ocupa la Península en su totalidad, Baleares, Ceuta y Melilla. Inverna en muy pequeño número en el sur, principalmente en el entorno del bajo Guadalquivir. En Extremadura, algunos ejemplares pasan el invierno asociados a grupos de avión roquero. Está ausente en las islas Canarias, donde es un ave común en paso.
Especie estival. En invierno, las aves españolas se desplazan al golfo de Guinea, en el oeste de África, y regresan de forma lenta a nuestro país, con un desfase de hasta tres meses entre el norte y el sur: en Andalucía y Extremadura pueden verse ya en enero, con llegada masiva desde febrero; en el centro y el este de la Península suelen hacerlo un mes después, y en la Meseta norte y la cornisa cantábrica no se vuelven comunes hasta abril. Los ejemplares de mayor edad retornan antes. Los aviones comunes abandonan las colonias de cría desde julio hasta octubre. Los pasos migratorios, en buena parte realizados por aves no ibéricas, son muy prolongados en el Estrecho: suben entre febrero y mayo, y bajan entre julio y noviembre, con afluencia máxima en abril y octubre.
La población española no se conoce con exactitud, aunque se estima que hay 1-3 millones de parejas. En Europa se calcula que existen unos 10-24 millones de parejas, con los mayores contingentes en España y Rusia. Los resultados obtenidos entre 1998 y 2005 por el programa SACRE reflejan una tendencia estables, lo que contrasta con el declive detectado para el conjunto de Europa, superior al 10%.
Hace poco hacíamos una introducción de la publicación del "Arte de ver las cosas" de John Burroughs. Se podría cambiar el título por el de: Las cosas vistas con arte.
A fin de cuentas cualquiera de los dos títulos son aplicables al artista Alberto Palomera.
Hace unos días fuimos al Monasterio de San Millán de la Cogolla, visitando el de Yuso y Suso. Se acudió a la cita que tenía por finalidad realizar un programa televisivo (La Visita) y a tal efecto fui de mero acompañante de Jabier Calle (director y productor del programa), Iñaki Garcia Uribe (etnógrafo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi) y de Alberto Palomera (pintor).
Como de todo ello se hizo un programa que en breve se emitirá, me voy a referir a un detalle que nos comentó Alberto Palomera mientras grababan el programa: la Cruz de San Millán.
Alberto Palomera pintando en la bodega Florentino Martinez de Cordovin
LA CRUZ DE SAN MILÁN
La cruz de San Millán es una cruz visigótica que se encuentra en el cenotafio (S.XII) del monasterio de San Millán de Suso, siendo el emblema de San Millán.
La cruz, con todos sus lados iguales, está constituida con hojas de ortiga y no exenta de una simbología numérica: la cruz representa ocho "pétalos" en referencia a las bienaventuranzas y considerando la escotadura que dibujan se observan tres puntas o ángulos en alusión a la Santísima Trinidad, si estos los multiplicamos por los cuatro brazos nos salen los doce apóstoles.
Sin embargo lo realmente llamativo es la formación de la cruz por ortigas.
En heráldica la ortiga no aparece muy representada en la Península, no así en la cultura germana.en la que aparece formando orlas en diversos escudos.
Diversos estudios señalan que la inclusión de ortigas en escudos y representaciones heráldicas no llegan al 0,7%, salvo en Galicia y Andalucía que es algo superior con un 2,5 %.
La razón de la formación de la cruz de San Millán por ortigas, obedece a la dualidad del camino a seguir al encuentro de Dios: por un lado el esfuerzo y sacrificio necesario en el empeño del hallazgo representado en la urticaria que provoca la planta y por otro el efecto purificador (medicinal) que la misma tiene. Camino que hay que recorrer hasta llegar a la flor, al centro de la cruz.
Conviene precisar que, como se verá, esto fue observado y tenido en cuenta por el artista Alberto Palomera en el trabajo efectuado en una bodega muy cercana del Monasterio de San Millán.
Cruz de San Millán en el cenotafio del monasterio de Suso
BREVE APUNTE BOTÁNICO
Dentro del género Urtica, a la que pertenecen las ortigas, desconocemos qué especie concreta es la ortiga de la Cruz de San Millán. Ahora bien, una de la especie más común y abundante es la Urtica dioica, ortiga común. ¿Será esta especie?
El género Urtica presenta unos pelos (tricomas) en sus hojas o tallos que inyectan sustancias químicas que provocan irritación. La función, obviamente es de defensa.
La estructura de estos pelos, tricomas en botánica, es muy similar en las plantas que lo poseen que si bien se dan en la urticarias, también se da en otro géneros.
Suelen tener una longitud de 1 a 8 mm con una punta quebradiza que se rompe por contacto y creando en la rotura una punta muy afilada que puede penetrar en la piel. El tubo está calcificado (carbonato de calcio) en su base, y la punta está silificada (con sílice). Esta diferencia es la que crea un "linea de rotura" creando un tricoma lacerado, como una jeringuilla, por la que se introducirá las sustancias químicas que provocarán la urticaria en la piel.
Capitel con la cruz de San Millán, pintado en la bodega Florentino Martinez
Muy cerca de los Monasterios se encuentra la localidad riojana de Cordovin. Que es donde Alberto Palomera ha realizado una de sus últimas obras de arte: un calao en la bodega Florentino Martinez. Y como no podía ser menos, de entre la variada y abundante temática tratada (toda ella relacionada con el lugar, el vino, el tiempo y la visión personal de su autor) tenemos representada la Cruz de San Millán.
Un buen detalle de los cientos que son tratados en esta obra y que merecerían una explicación más detallada que la que nos guió su autor, pero no todo debe de ser explicado. Algo tendrán que descubrir los iniciados en su observación.
Pongo un artículo publicado en prensa y que nos acerca más a la obra y su autor:
Con Alberto Palomera he acudido en varias ocasiones a la Naturaleza. Y con este patafísico si que se cumple lo que nos decía Ramón de Campoamor: "En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con el que se mira".
Hemos salido al campo con montañeros, botánicos, zoologos, cazadores, ganaderos, ornitólogos, etnógrafos... y así un largo etcétera, el salir con un artista amante de la Naturaleza da una visión muy enriquecedora, muy diferente, con el color de otro cristal.
Las exposiciones que ha realizado Palomera dan otra dimensión a la percepción de la Naturaleza, de hay que al comienzo hiciese un juego de palabras: la Naturaleza vista con arte.
En la zona donde se encuentra, la localidad de Leioa, es uno de los árboles de su especie más imponente y bello. Me refiero al sauce llorón (Salix babylonica) que se encuentra en este pueblo.
No es especialmente alto, pero la anchura de su copa es notable. Da la sensación, según el ángulo desde donde se mire, que nos encontramos ante dos árboles distintos y unidos.
El lugar con el paso del tiempo y debido a las nuevas edificaciones le ha restado solemnidad. No obstante ha quedado un rincón ajardinado donde los bancos de estilo romántico ayuda a preservar el lugar en la medida de lo posible. Este magnífico sauce hunde su raíces en el arroyo Landabarri.
El origen del nombre científico, que viene dado con anterioridad a Linneo (aunque fue descrito por él), se debe a la Biblia, a sus Libros Sapenciales y en concreto a los Salmos. En el Salmo 137 recoge el lamento, el lloro del pueblo judío durante los setenta años de cautiverio de Babilonia.
En el salmo 137.2 se recoge: "Sobre los sauces en medio de ella colgamos nuestras arpas."
Sauces que como recoge el salmo al comienzo se encontraban: "Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos, y aun llorábamos, acordándonos de Sion."
En consecuencia y a partir de este Salmo se puso el nombre científico: Salix babylonica. El nombre común de sauce llorón deviene por el mismo motivo, unido a la forma triste y lánguida de este árbol.
El problema está en el equívoco de la traducción de la Biblia de la especie de árbol: se considera que en aquella época y lugar no era originario el sauce. Al decir de los botánicos el árbol en cuestión que debiera de recoger el Salmo es el álamo del Eufrates (Populus euphratica).
Salmo 137.
1.Junto a los ríos de Babilonia,
allí nos sentábamos, y aun llorábamos,
acordándonos de Sion.
2.Sobre los sauces en medio de ella
colgamos nuestras arpas.
3.Y los que nos habían llevado cautivos nos pedían que
cantásemos,
y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo:
Cantadnos algunos de los cánticos de Sion.
4.¿Cómo cantaremos cántico de Jehová
En tierra de extraños?
Salmo 19
Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación
de mi corazón delante de ti, oh Señor, roca mía y redentor mío. No obstante algunas Biblias, como la "Nueva Biblia de Jerusalén " recoge acertadamente la especie del árbol y en lugar de mencionar al sauce cita al álamo.
Canción Rivers of Babylon
He puesto más arriba parte del Salmo 137 y del 19 ya que esos fragmentos son los que de manera literal se citan en una canción muy famosa: Rivers of Babylon. Fue una cancióncompuesta y cantada por el grupo rastafary The Melodians. Canción que ha sido muy versionada, siendo la más conocida la del grupo Bony M. en el año 1978.
No pongo la versión discotequera de Bony M. ni la original de The Melodians, que se pueden ver en internet. Pongo la versión, muy parecida a la original mezcla de reggae y soul, del senegalés Rocky Dawuni, el motivo es que es un activista de causas muy loables y porque en el video aparece otro espléndido árbol con un nombre común también bíblico: el árbol de Josué (Yucca brevifolia).
Dos fotografías sacadas con un mes de diferencia en la Sierra de La Demanda.
La primera tomada el mes de marzo. Se observa dos imponentes castaños (Castanea sativa). Me llamó la atención la majestuosidad de ambos, motivo por el que les fotografié. Como la primavera estaba llegando me las prometía muy felices el verles, todavía con más esplendor con el verdor de las hojas.
Cuál sería la sorpresa que un mes más tarde, en abril y con algunos cerezos en flor, la situación iba a ser muy distinta. Desde donde realicé la foto y habiendo un prado de por medio no me percaté que los castaños estaban secos.
Según me dijo Juan, fiel notario de lo que acontece en la Naturaleza de estas tierras, los árboles dejaron de sacar hojas hace un par de años.
Evidentemente los daños de su interior fueron mucho antes, nos encontramos con un tronco podrido y ahuecado de suerte que unos vientos de abril le derribaron.
Viendo ambas fotos, ni que fuese una premonición de lo que iba a pasar, nos viene a la mente los versos del poeta: "Todo pasa y todo queda..." Machado lo adjudicaba a las personas, creo que de la Naturaleza se puede decir lo mismo.