miércoles, 10 de julio de 2019

Alberto Palomera y la Cruz de San Millán.


Hace poco hacíamos una introducción de la publicación del "Arte de ver las cosas" de John Burroughs. Se podría cambiar el título por el de: Las cosas vistas con arte. 
A fin de cuentas cualquiera de los dos títulos son aplicables al artista Alberto Palomera.

Hace unos días fuimos al Monasterio de San Millán de la Cogolla, visitando el de Yuso y Suso. Se acudió a la cita que tenía por finalidad realizar un programa televisivo (La Visita) y a tal efecto fui de mero acompañante de Jabier Calle (director y productor del programa), Iñaki Garcia Uribe (etnógrafo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi) y de Alberto Palomera (pintor).
Como de todo ello se hizo un programa que en breve se emitirá, me voy a referir a un detalle que nos comentó Alberto Palomera mientras grababan el programa: la Cruz de San Millán.

Alberto Palomera pintando en la bodega Florentino Martinez de Cordovin

LA CRUZ DE SAN MILÁN

La cruz de San Millán es una cruz visigótica que se encuentra en el cenotafio  (S.XII) del monasterio de San Millán de Suso, siendo el emblema de San Millán.
La cruz, con todos sus lados iguales, está constituida con hojas de ortiga y no exenta de una simbología numérica: la cruz representa ocho "pétalos" en referencia a las bienaventuranzas y considerando la escotadura que dibujan se observan tres puntas o ángulos en alusión a la Santísima Trinidad, si estos los  multiplicamos por los cuatro brazos nos salen los doce apóstoles. 

Sin embargo lo realmente llamativo es la formación de la cruz por ortigas. 
En heráldica la ortiga no aparece muy representada en la Península, no así en la cultura germana.en la que aparece formando orlas en diversos escudos.
Diversos estudios señalan que la inclusión de ortigas en escudos y representaciones heráldicas no llegan al 0,7%, salvo en Galicia y Andalucía que es algo superior con un 2,5 %.

La razón de la formación de la cruz de San Millán por ortigas, obedece a la dualidad del camino a seguir al encuentro de Dios: por un lado el esfuerzo y sacrificio necesario en el empeño del hallazgo representado en la urticaria que provoca  la planta y por otro el efecto purificador (medicinal) que la misma tiene. Camino que hay que recorrer hasta llegar a la flor, al centro de la cruz.

Conviene precisar que, como se verá, esto fue observado y tenido en cuenta por el artista Alberto Palomera en el trabajo efectuado en una bodega muy cercana del Monasterio de San Millán.


Cruz de San Millán en el cenotafio del monasterio de Suso


BREVE APUNTE BOTÁNICO

Dentro del género Urtica, a la que pertenecen las ortigas, desconocemos qué especie concreta es la ortiga de la Cruz de San Millán. Ahora bien, una de la especie más común y abundante es la Urtica dioica, ortiga común. ¿Será esta especie? 
El género Urtica presenta unos pelos (tricomas) en sus hojas o tallos que inyectan sustancias químicas que provocan irritación. La función, obviamente es de defensa. 
La estructura de estos pelos, tricomas en botánica, es muy similar en las plantas que lo poseen que si bien se dan en la urticarias, también se da en otro géneros.
Suelen tener una longitud de 1 a 8 mm con una punta quebradiza que se rompe por contacto y creando en la rotura una punta muy afilada que puede penetrar en la piel. El tubo está calcificado (carbonato de calcio) en su base, y la punta está silificada (con sílice). Esta diferencia es la que crea un "linea de rotura" creando un tricoma lacerado, como una jeringuilla, por la que se introducirá las sustancias químicas que provocarán la urticaria en la piel.

Capitel con la cruz de San Millán, pintado en la bodega Florentino Martinez

Muy cerca de los Monasterios se encuentra la localidad riojana de Cordovin. Que es donde Alberto Palomera ha realizado una de sus últimas obras de arte: un calao en la bodega Florentino Martinez. Y como no podía ser menos, de entre la variada y  abundante temática tratada (toda ella relacionada con el lugar, el vino, el tiempo y la visión personal de su autor) tenemos representada la Cruz de San Millán.
Un buen detalle de los cientos que son tratados en esta obra y que merecerían una explicación más detallada que la que nos guió su autor, pero no todo debe de ser explicado. Algo tendrán que descubrir los iniciados en su observación.
Pongo un artículo publicado en prensa y que nos acerca más a la obra y su autor:
https://www.deia.eus/2018/11/05/ocio-y-cultura/cultura/cuando-la-bodega-se-convierte-en-un-lienzo



Con Alberto Palomera he acudido en varias ocasiones a la Naturaleza. Y con este patafísico si que se cumple lo que nos decía Ramón de Campoamor: "En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con el que se mira".
Hemos salido al campo con montañeros, botánicos, zoologos, cazadores, ganaderos, ornitólogos, etnógrafos... y así un largo etcétera, el salir con un artista amante de la Naturaleza da una visión muy enriquecedora, muy diferente, con el color de otro cristal.

Las exposiciones que ha realizado Palomera  dan otra dimensión a la percepción de la Naturaleza, de hay que al comienzo hiciese un juego de palabras: la Naturaleza vista con arte.


2 comentarios:

  1. Sin duda Alberto, no solo lo que nos cuentas, sino como lo narras, hacen de esta entrada, un brillante texto que ilustra e ilumina con conocimiento y entretenimiento La Cruz Floral. Saludos y enhorabuena

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya lo dijo Aristóteles:
      "La finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no el copiar su apariencia".

      Eliminar