Mostrando entradas con la etiqueta huellas y rastros. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta huellas y rastros. Mostrar todas las entradas

martes, 8 de noviembre de 2011

El Bosque de Pardomino. En el tren de La Robla. (II parte).

Enclavado en el Parque Regional de Picos de Europa se encuentra el Bosque de Pardomino, es una zona de Reserva Integral, LIC y ZEPA y con las figuras de protección del Plan de Recuperación del urogallo cantábrico y del Plan de Recuperación del oso pardo.

Tras llegar en el Tren de la Robla (ver viaje aquí) y alojarme en la leonesa localidad de Boñar, doy una vuelta por el pueblo.
Y lo que más destaca en la noche, es la anacrónica e irrespetuosa luz que alumbra a la iglesia de San Pedro. Si es discutible el alumbrado de un monumento, inadmisible es la forma en que se realiza este: focos en la Plaza del Negrillón, a ras de suelo y alumbrando verticalmente a la iglesia y al cielo. Todo un ejemplo, evitable, de contaminación lumínica. ¡Como si no fuera bonito el cielo leones y esta iglesia, sin necesidad de luz!

Hablando del Negrillón de Boñar, aquí le pongo una foto. La iglesia la tengo a la espada.
Una pena que a principios de 1980 y durante una década este negrillo, olmo común (Ulmus minor), de unos 450 años pereciera por mor de la grafiosis. Desgraciadamente los diversos tratamientos no hicieron efecto y este es el estado que presenta en la actualidad.



Tomando un café en el, valga la redundancia, Café Central, su propietario y alcalde de Boñar me pasa al comedor del local para enseñarme una serie de fotos de cuando este árbol, símbolo de la localidad y que aparece en el escudo, presentaba un aspecto impecable.



También me cuenta la historia del último oso cazado en esta tierra a principios de los 60 del siglo pasado. Se trataba de un oso herido, al parecer peligroso y que bajaba al pueblo, por lo que hubo de hacerse una batida para cazarle. Otro paisano me decía que el animal lanzaba unas piedras considerables y a gran distancia.



La idea es hacer un recorrido por el Bosque de Pardomino o Monte de los 365 Valles de unos 30 km, pasando por varias cimas. Para acudir a este bosque es preciso tener la autorización de la Junta de Castilla y León. Autorización que desde Medio Ambiente se concede, previa solicitud.
Ello por ser zona osera y necesitar, si cabe, más protección.
Para hacer la ruta y coger el tren de regreso, debía de madrugar. Pero no fue el caso: una lluvia intensa e incesante durante toda la noche, me hizo presagiar lo que se confirmó durante el día: ¡que no paró de llover! y encima con niebla, lo del fuerte viento no me importó.
Así que hubo que cambiar de planes. Desayunando sin prisa vi que la ruta que tenía en el GPS, por su parte alta no me valía. No era cuestión de andar por las nubes, para eso no necesito mucho, así que utilicé la mitad del recorrido la que discurría por la parte más baja. Así hice una ruta circular de radio igual a cero, es decir vine por donde fui.

A partir de aquí, tras ese merendero con chopos, existe una cadena en el camino para evitar el paso de vehículos.



En los sitios menos expuestos al viento, los álamos aun presenta hojas.





En ese tramo, el camino es muy agradable de andar. De senderismo suave se podría calificar.



Voy dirección al arroyo de Pardomino, entre escobales, piornales y bosque de frondosas





Bosque en el que abundan diversas especies de robles (roubus, petrae, pyrenaica), hayas, abedules, fresnos, álamos, etc.



La niebla la tengo cerquita y la lluvia sin parar de mojarme.



En cierta ocasión leí que un bosque es como una biblioteca. Aquí tenemos la tinta de los libros.



Sigo más adelante con intención de cruzarlo. A la derecha parece que se puede pero tampoco. Lo único que llevo seco son los pies y no es cuestión de ponerlos en remojo.



Esto hizo que subiera por el cauce del arroyo, tapado entre avellanos y algún abedul, buscando un paso. La cosa cada vez se ponía peor, por lo que decido salir. Lo que me permite ver a esta águila real (Aquila chrysaetos). Está sacada con 30 X y algo desenfocada. Es una silueta típica, que difiere de la de un buitre leonado, al tener una cola algo más larga, unas alas más rectangulares (menos abanico)...



...y, también, por la forma en "V" de las alas.



En esta biblioteca paisajística, los libros están ordenados en su desorden.



Y la papelera es un lugar de admiración.



También tenemos colecciones de libros pefectamente ordenados... (roble común)



O catalogados de Quercus pyrenaica...



Se coge un poco de altura y se divisa el embalse del Porma.



Tronco hueco y aprovechado probablemente por algún zorro en sus excursiones veraniegas.



Un lugar muy agradable.



Y con imágenes caprichosas: la piedra se encontraab encajada y los troncos la estaban "absorviendo".



Esta biblioteca también tiene sus incunables.



La cámara se quiere empañar.



Bosque.



Dos fotografias. Podía haber sacado más, pero creía que me bastaría con estas. Es más me dio la impresión, bajo la lluvia, que me habían quedado bien. Pero no, desde la FOP, me dice que por estar desenfocada no pueden decirme algo concluyente, pero tampoco se descarta.





Viendo en situ, la cosa era más diferente, más mejor.

El agua una constante.



Cada vez más niebla.



"Algo" de carretera dirección Boñar, se pasa por la presa del embalse de Porma.



Y tras comer en Boñar, de regreso en el Tren de La Robla, la situación era esta: parecía un cuadro impresionista.



Ya en casa, una imagen de la ría del Nervión a su paso por el Puente del Ayuntamiento.




Una salida muy intensa. El viaje en el Tren de La Robla (como en otras lineas de FEVE) se repetirá ya que unen inmejorables espacios naturales. Agradecer a la lluvia que mojó el Bosque de Pardomino y que coincidió con mi visita, dándole un especial encanto. A este bosque y de la misma manera se acudirá, sí o sí.





Imprimir artículo

domingo, 6 de noviembre de 2011

Viaje en el Tren de La Robla al Bosque de Pardomino. (I parte).

El Ferrocarril de La Robla constituye la línea de vía estrecha más larga de Europa Occidental, con 335 km, comprendida entre La Robla (León) y Bilbao (Vizcaya), en España.
Su tramo principal, entre La Robla y Valmaseda, fue inaugurado el 11 de agosto de 1894. Su objetivo principal era acercar la importante producción carbonífera de las cuencas mineras leonesa y palentina a su consumo en la poderosa industria siderúrgica de Vizcaya.
Su recorrido atraviesa las provincias de León, Palencia, Cantabria, Burgos y Vizcaya, y debido a su influencia económica y social a lo largo de más de un siglo es considerado uno de los ferrocarriles más emblemáticos de España.

Así comienza la excelente página que Wikipedía dedica al Ferrocarril de La Robla. Añadiría que desde una mirada naturalista y paisajista, a nivel europeo estará en consonacia con la largura de su trayecto.

Este medio de transporte he utilizado en repetidas ocasiones, en particular y en general los ferrocarriles de vía estrecha y en esta ocasión lo he utilizado para acercarme a otra joya: el Bosque de Pardomino en la provincia de León. Espacio que pertenece a la Red Natura 2000 (LIC y ZEPA) y con las figuras de protección del Plan de Recuperación del urogallo cantábrico y del plan de recuperación del oso pardo.
(Aquí, la II parte: Bosque de Pardomino).

Para ello se hace el trayecto Bilbao-Boñar. Comenzando desde la estación de Santander, y ello porque en 1902 se alargó el trayecto desde Balmasea a Bilbao.



En el interior de la estación se tomará, de los tres, el de la derecha.



Es el día de Todos los Santos y el tren lo toma muy poca gente. Parece que es invariable, siempre que monto, el trato coloquial y afable que tiene el interventor con los viajeros, en especial con los asiduos. Así a las otras dos personas que van en el vagón les pregunta por las vacaciones y por la estancia en Andorra. Vamos como de la casa.
Los primeros kilómetros son muy conocidos, así que pocas fotos.
El paisaje fluye a través de las ventanas como si de una proyección cinematográfica se tratase.



Entramos en el Valle de Mena, al comienzo el Diente del Ahorcado.




Al otro lado la Sierra de Ordunte.



En 1991 el MOPU cerró por motivos de seguridad la linea a los pasajeros, reanudándose en el año 2003. En aquellas fechas 12 horas era el tiempo del trayecto.

En este Valle de Mena, las vacas viendo pasar el tren.



A continuación comenzará la subida más importante de todo el trayecto, saliendo a nivel de mar se sube el puerto del Cabrio a 750 m. por un robledal imponente.



Todos los viajes son diferentes, este lo hice con el Maquinista. Agradecerle, nuevamente, que pudiera acompañarle y las explicaciones que me dio a lo largo del trayecto.
En este tramo me decía: "esta es una de las zonas más delicadas, en esta época las hojas de los árboles cubren los raíles y el tren puede patinar. Ello provoca la aceleración de la rueda, se pierde tracción y se corre el riesgo de no poder subir. Con mercancías, que antes era maquinista de mercancías, me he llegado a quedar".



Coronando el puerto la panorámica es impresionante.



Una imagen de la cabina.



Y otra del interior de los vagones.



La anchura de la vía es de un metro.



Y ello da la sensación de ir, literalmente, por un sendero. La escasa velocidad ayuda a tener esa percepción.



Son numerosos los túneles que pasamos, aquí viene uno...



Que distinta es ver la vía desde esta privilegiada situación.



La salida está más cerca.



Yo estaba, en la creencia que el Maquinista se encargaba solo de controlar, parar y arrancar el tren. A fin de cuentas se va por una vía, con lo cual poco más que hacer. Que equivocado estaba.
En todo momento va mirando a la vía, como un chofer de autobús la carretera. Puede haber sobre la vía una piedra, un animal, un árbol, en definitiva un obstáculo. Va acelerando y frenando según las circunstancias, tocando el claxon (¿se dice así?), controlando y tocando la pantalla táctil, etc.



Un detalle, cuando se llega a una estación en el paso a nivel se encuentra un padre con dos niños de unos siete a nueve años. Al unísono veo que el Maquinista levanta la mano y corresponde al saludo de los niños, al mismo tiempo que toca la bocina. "Como le gustan a los chavales que les saludemos y toquemos la bocina". Este acto que no figurará en ninguna estipulación de su contrato de trabajo ni en el convenio, lo dice todo de este profesional.

Por estas tierras mi abuelo materno, nacido en 1901, con apenas 15 años empezó con su padre, tíos y primos a frecuentar este ferrocarril al dirigirse desde Bilbao (o desde el ramal que salía de Lutxana-Barakaldo) a Espinosa de los Monteros, para una vez en este valle pasiego del norte de Burgos visitar los distintos pueblos circundantes, comprar unos buenos rebaños de oveja, cargarlos en el apeadero de Espinosa y enfilar rumbo a Lutxana-Barakaldo. Pero muchas veces, o perdían el tren o este iba ya lleno o no rentaba económicamente, por lo que tenían que hacer el viaje andando desde Espinosa a Balmaseda, donde aprovecharían para cargar su rebaño, pero el padre y los tíos les decían “ya que estáis aquí en Balmaseda ir andando a Lutxana, total para lo poco que os queda”. Y así, mi abuelo y sus primos realizaban el viaje, y esto ocurría las mayorías de las veces, andando desde Espinosa a Lutxana y con unas trescientas ovejas.

El tiempo y la coincidencía, hizo que quien esto escribe también trabajase  durante más de 20 años de peonaje y del ¡duro!, en una de las mejores ganaderias vacunas del Estado.



Otra de las características de este trazado son sus trincheras.



Trincheras que cuando nieva se pueden quedar tapadas. "En ese caso suele ir una máquina quitanieves por delante, pero en ocasiones si nieva fuerte podemos encontrar nieve. la nieve puede llegar a la altura de la boca de un puente y en ese caso la quitanieves, a toda velocidad, se estrella contra ella y lo aparta. Si lo hace suave no podría".



"Son muchos años trabajando de maquinista y he visto y vivido de todo. En un paso a nivel, que todos son automáticos, vi como paro un coche por la luz roja de semáforo y porque me acercaba al cruce. De repente se baja el ocupante, mira a ambos lados para ver si viene el tren. Ostias que yo estaba en la vía acercándome, cuando veo que se mete el ocupante en el coche y este ¡cruza la vía!. No me los llevé de milagrosa esos espabilados".



Estamos llegando a Arija. "En esta zona trabaja el "arenero", existe como unas 40 clases distintas de arena, para obras y vidriedas".
Al fondo Alto Campo.



Antes del embalse del Ebro, aquí se encontraba la recta más larga del trayecto ¡7 km!. Con el embalse hubo que bordearle y la recta desapareció. Aún así...



- ¿Alguna anécdota?
- En una ocasión, de prácticas con este modelo de máquina, nos encontrábamos: un compañero al mando también de prácticas, el maquinista titular, el interventor, el ingeniero de la empresa de la máquina, ya que eran nuevas y se quería ver su funcionamiento y yo. De repente una roca en mitad de la vía, freno de emergencia, choque contra la roca, decarrilamiento y "máquina estrenada".

Otra recta en Arija.



Por cierto en el viaje pude comprobar como el tren se paro de urgencia. La puerta en la que estaba apoyado se abrió y el tren se paró. "Eso de frenar como en las películas, con la rueda bloqueada y echando chispas no es efectivo: la rueda no se tiene que bloquear, como el ABS".
Saco la cámara por la ventana y fotografio a la torre de la iglesia que se encuentra en el embalse.



La atención del maquinista a la vía es constante. "Cuando transportaba mercancías, no todos los vagones tenían frenos. Entonces teníamos que calcular para combinar con los que tenían...



... con los vagones-tolvas al tener el centro de gravedad más alto, hay que tener cuidado con la velocidad y las curvas ".



A continuación entramos en la zona de Montes Claros. Donde está un monasterio con la mejor colección de mariposas de Europa.
Unas imágenes valen más que mil palabras.

























En Mataporquera tenemos que hacer transbordo. La cementera al lado.



Un valor añadido que tiene esta linea son sus viajeros: "Cuando hay algún problema, son los primeros en tranquilizarnos: tu tranquilo, con que nos saques de aquí basta".
Y sí, llegado el momento se sacan los bocadillos de tortilla de patata. ¡Cuantas tesis doctorales podrían dirigir esta gente sobre el trabajo y sacrificio!.



Va anocheciendo y miro el recorrido. Decir que la puntualidad es exacta.



Bonito el anochecer visto desde el tren.



Y llegada al destino, a Boñar.



Como digo esta es la primera parte...


Imprimir artículo